Alguna vez habéis criticado a alguien que acabáis de conocer y no sabéis por qué? No soportáis a alguien? Os molestan unos defectos en concreto de los demás? A quién no le ha pasado! Seguramente es porque también tenemos esos mismos defectos...en uno u otro sentido. Y es que las personas que nos rodean son como espejos de nosotros mismos, de aquello que nos negamos ver en nuestro interior, de algo que hubo en el pasado, de algo que no está
resuelto del presente. Muchas veces proyectamos en los demás nuestros propios defectos y rasgos de personalidad que no queremos o no podemos admitir, porque nos parecen inaceptables. La crítica es necesaria, a veces. Pero cuando va acompañada de emociones muy intensas, significa que hay una proyección.
El psicólogo suizo Carl Gustav Jung utilizó el concepto de 'sombra', para explicar la parte más oscura, menos grata e inadaptable de la psique. Aquellos aspectos que nos hacen sentir mal con nosotros y que proyectamos, desplazándolos fuera de nosotros mismos. Para vivir un poco más en paz con nosotros mismos y con los demás, si queremos estar en una constante evolución, es bueno hacer una reflexión sobre quienes somos, qué aspectos no nos gustan de nosotros mismos y qué hemos escuchado repetidamente, de la gente que nos conoce. Hacer el ejercicio de ponerse frente a uno mismo y trabajar con todo ello. Sin negarlo, ni pretender ser perfecto, si no estar abierto a aceptarla y transformarla. Confrontarla, dialogar con ella, reapropiarnos de ella, reconocer que todos tenemos nuestra parte oscura y trabajarla para que pierda fuerza.
No obstante, también hay una parte positiva en el reflejo que los demás nos muestran ya que también lo hacen de nuestros aspectos positivos, de nuestros valores, de la luz que irradiamos!!
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