La luz del sol de las 7.30 llega hasta mi cama y me dice que hoy vuelve a hacer uno de esos días luminosos y claros de mayo. Busco en la página timeanddate como se alargan los días y en el de hoy, el sol ha salido a las 6.49 y se pondrá a las 20.49. A pesar de que no hay nada que me llene más de energía como la luz y el calor del astro rey (aparte de la felicidad de estar enamorada y ser correspondida), me quedo en la cama casi dos horas más. Algo inusual si no he salido, puesto que me gusta aprovechar el día, aunque no tenga la obligación de levantarme pronto para ir a trabajar. Y es que hay días que me puede el desánimo, lo he de admitir. No soy una máquina (hasta éstas se cortocircuitan, en ocasiones) que pueda mantener el ánimo siempre arriba. Ya han pasado 4 meses desde que empezó el año, que yo deseé lleno de esperanza, de momentos de alegría y felicidad, que es verdad que ha habido. Como también sigo sintiendo que necesito alguna realización más tangible de los dos proyectos vitales más importantes en una persona: el trabajo y el amor. Y si bien es verdad que tengo mis recursos para el día a día, también es verdad que un poco de estabilidad de una vez por todas en esos ámbitos, me vendría muy bien.
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