Me encantan las tormentas de junio, como la de esta mañana que nos hemos levantado con un cielo que se iba poniendo cada vez más negro hasta que ha soltado un chaparrón y parecía más bien que estuviésemos en el mes de septiembre. Luego ha salido el sol, brillante, cálido, iluminando otra vez el sábado de primavera, como diciéndonos "Vuelvo a estar aquí! Cómo os iba a abandonar?". Y ahora mismo, dan ganas de estar paseando por la playa o en una terraza, disfrutando de este cielo azul que ha dejado y del aire limpio que se respira.
Como la vida misma, después de una mañana de nubes y lluvia, el sol luce todavía más brillante.
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