Llevo tiempo intentado captar el color del cielo en todas las estaciones. A finales de verano cuando empiezan las 'tormentas de verano' en septiembre. El cielo gris del invierno y sus días fríos y despejados. Al acercarse una tormenta y el rastro detrás de ella. Cuando está empezando la primavera, sobretodo, y los días empiezan a ser luminosos y se respira otro aire. Cuando está en ese estadio entre el final de la primavera y el principio del verano. Con esa luz especial que solo se aprecia esos días. Los días largos de verano, llenos de contraste entre las tonalidades del azul del mar, el brillante cielo estival, el blanco de las nubes y el verde resplandeciente de los árboles. Las puestas de sol con los tonos rojizos, dorados, reflejo del día que se va.
No hay mejor cámara que capte las sensaciones que me despiertan estos cambios, que mis propios ojos y los recuerdos que me evocan, que me traen, que me dejan. Que se quedan grabados en mi retina para siempre.
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