La mejor hora del día

Aquí estoy, despierta desde hace casi una hora, con la calma de una mañana de domingo de verano. Ya no podía dormir más, me han despertado los pajaritos y la luz que entra por el balcón, a pesar de la cortina naranja que da color a mi habitación. Es ese momento del fin de semana que más disfruto, cuando se respira tranquilidad, y especialmente en verano donde se nota, al menos por aquí, la ciudad muy vacía y por lo tanto, menos tráfico. Aprovecho y desayuno sin prisas, mientras siento el aire fresquito de la mañana y la luz del sol. Debo decir que esta hora del día me encanta y si por la ventana pudiera ver un paisaje de montaña, sería ya lo máximo. Así que cierro los ojos y me imagino que estoy, por ejemplo, en la Cerdanya donde están ahora mismo mis sobrinos pasando el verano. Visualizo las fotografías que me han enviado, el whatsapp puede hacernos la vida más fácil ciertamente, y me traslado con la mente allí mismo, con los Pirineos como telón de fondo, ampliando el horizonte.

La pareja no da la felicidad

Leo el artículo de Pilar Jericó de El País, La pareja no da la felicidad, y me digo que estoy completamente de acuerdo con lo que dice. Que es verdad que si uno no sabe estar consigo mismo, y eso incluye saber estar solo y aún así poder estar bien, difícilmente lo estará acompañado. Por no hablar de que la felicidad, no puede basarse en estar contigo o sin tí. No obstante, seamos sinceros, el desamor puede llegar a causar infelicidad. Y por algún motivo será que anhelamos el amor que nos da esa inyección de energía extra en nuestras vidas. 

Passenger - Let her go

Necesidad de contacto

Que las personas necesitamos del contacto, ya que es lo que nos convierte precisamente en humanos, es algo que nadie pone en cuestión. Y que la falta de contacto con nuestros semejantes, puede llevar incluso a la locura, también. Todos, en mayor o menor medida, necesitamos relacionarnos, algunos de una manera constante e intensa y otros pudiendo no necesitarlo de una manera tan continuada. Ahora de lo que no hay dudad, es que la relación, con todo lo que conlleva, es lo que da sentido a nuestras vidas, todos la necesitamos y la buscamos, de manera activa. 

Cambios de luz

Llevo tiempo intentado captar el color del cielo en todas las estaciones. A finales de verano cuando empiezan las 'tormentas de verano' en septiembre. El cielo gris del invierno y sus días fríos y despejados. Al acercarse una tormenta y el rastro detrás de ella. Cuando está empezando la primavera, sobretodo, y los días empiezan a ser luminosos y se respira otro aire. Cuando está en ese estadio entre el final de la primavera y el principio del verano. Con esa luz especial que solo se aprecia esos días. Los días largos de verano, llenos de contraste entre las tonalidades del azul del mar, el brillante cielo estival, el blanco de las nubes y el verde resplandeciente de los árboles. Las puestas de sol con los tonos rojizos, dorados, reflejo del día que se va.

No hay mejor cámara que capte las sensaciones que me despiertan estos cambios, que mis propios ojos y los recuerdos que me evocan, que me traen, que me dejan. Que se quedan grabados en mi retina para siempre. 

Caminar en paralelo

"Yo necesito a un hombre, pero a un hombre libre, que me escuche, me respete y se respete a sí mismo. Alguien inteligente, con sentido del humor, con el que exista un punto de admiración mutua, [...]Y con aficiones comunes [...] compartir amigos y mantener los propios. Que camine a mi lado, en paralelo, no enganchado a mí. Un compañero, en fin"
Ingrid Rubio, actriz, 37 años, Magazine La Vanguardia, 16 de junio 2013.

No puedo estar más de acuerdo con lo que la actriz busca en un hombre. Sobretodo ese caminar en paralelo, ese compañero de vida, al fin y al cabo.

Llegada del verano

Como un camino hacia un elemento conocido, con un bello y esperanzador horizonte y sin saber qué nos encontraremos en la profundidad, bajo un cielo luminoso, así es esta estación que empieza. Buen verano!

Daños colaterales de trabajar

Sé que el título puede sonar un poco 'contundente' y ya aviso que esto no va a ser un post sobre prevención de riesgos laborales, que podría, ni pretende remediar nada. Mucho menos, menospreciar el hecho contrario, no encontrar trabajo, que ya es bastante duro.

La razón por la que últimamente he estado un poco missing por aquí, ha sido porque he vuelto a encontrar trabajo. De hecho, es la oportunidad que tuve que rechazar en su momento, por coger otra que duró poquito. Si bien las condiciones son de risa (que yo he aceptado, porque no encuentro nada más, es así de penoso), el ambiente y lo que puedo aprender, son más agradecidos. Ahora, lo que me está dejando sin fuerzas para nada más, una vez que llego a BCN, que pillar la cama, es el hecho de estar a 1 hora de aquí. Entre metro y bus, mis 'excursiones' hacia el Prat, sumados a que nunca consigo dormir mis imprescindibles 8 horas, me dejan medio zombi. Y así, en cuanto piso Plaza Espanya, a la vez que me digo que todavía me queda un viaje en metro, también que, dado que solo trabajaré en verano y hay más horas de luz, se hace más agradable hacer algo de vida social a las 7 de la tarde (si me quedan energías). De momento, lo que sí seguro he conseguido es un fuerte resfriado gracias a los aires acondicionados tan fuertes de metro y bus. 

'Sin whatsapp, sin whatsapp', parodia de Jarcha

Sunny Sunday

Llego a casa y siento que me falta algo.

Ya el año pasado acudí al 'Lost&Found', el mercadillo de segunda mano que se celebra desde hace un año, en la playa de la Barceloneta. Con ese ambiente cool, que tanto gusta en Barcelona, con puestos de ropa, sobretodo y las mil y una andróminas que os podáis imaginar. Juegos, muñequitos, disco, gafas de sol, vasos duralex (sí, los verdes y café!) eso sí, todo con la correspondiente pátina de ser vintage y de segunda mano, por supuesto. La ubicación no puede ser más idónea, justo enfrente de la playa de la Barceloneta, atestada de guiris, con buena música pinchada por un dj, un divertido puesto de bocadillos de butifarra (Mr Frank&The Butis) y, que no falte en ninguna fiesta, cervecitas y mojitos. Y si encima se sabe encontrar alguna ganga, que haberlas las ha habido, como dos vestidos por 4€, el día no ha podido ser más redondo.

De hecho, todos esos estímulos han hecho que me olvidara, por momentos, de que lo que me falta, lo que me ha faltado todo el día, me sigue faltando cada día.

Y todo lo demas

No es solo eso, es más bien el quid de la cuestión. Y de ahí, viene el solo y todo lo demás, que no es poco. Más bien lo es todo.

Tormentas de junio

Me encantan las tormentas de junio, como la de esta mañana que nos hemos levantado con un cielo que se iba poniendo cada vez más negro hasta que ha soltado un chaparrón y parecía más bien que estuviésemos en el mes de septiembre. Luego ha salido el sol, brillante, cálido, iluminando otra vez el sábado de primavera, como diciéndonos "Vuelvo a estar aquí! Cómo os iba a abandonar?". Y ahora mismo, dan ganas de estar paseando por la playa o en una terraza, disfrutando de este cielo azul que ha dejado y del aire limpio que se respira.

Como la vida misma, después de una mañana de nubes y lluvia, el sol luce todavía más brillante.

Alcanzar un objetivo

Ahora escribo mucho más que antes. Aquí y allá. De hecho, he alcanzado una de mis metas en la vida. Yo he puesto bastante de mi parte, por supuesto. no se puede esperar a que vengan a buscarte, has de hacer algo, por lo menos intentarlo, para que las cosas sucedan. Aunque te digan que no (aig! el miedo al no, paraliza muchas veces) si bien esta vez, y mira por donde, la primera puerta a la que llamo, me ha dicho que sí. Seguramente, por las condiciones, es verdad, si bien el estilo, también esté siendo acertado. Es un primer paso! 

Echo de menos tus palabras

Nunca pensé que iba a echar tanto de menos palabras. Las palabras. Esas que me hacen soñar, sonreír, reír. Vibrar por dentro, transportar a otros mundos, enseñar poliédricas maneras de ver la vida. Me animan, me envuelven, me abrazan. Sacan lo mejor de mí. Bucean entre los mares. Me iluminan por dentro y por fuera. Son lo más bonito nunca oído o leído. Nunca pensé que iba a echar tanto de menos, tus palabras...

Mañana, más

Hoy ha hecho un día de auténtica primavera, el calorcito del sol y su luz, han estado deslumbrándonos todo el día. Leo que la felicidad nos durará hasta el jueves. He ido a ver a mi hermana, para felicitarla por su cumpleaños. De camino, me he dicho que hace mucho, mucho, que no salgo a ver verde, a la naturaleza y me han entrado ganas de volver a Barcelona andando. Ni los casi 60km que nos separan ni mi tobillo, que todavía se resiente, invitaban a tal locura. Al llegar a la ciudad, una visita rápida a mis sobrinos: repaso de cómo les van los exámenes finales y las puestas de largo que ahora mismo tiene, casi cada fin de semana, la mayor. Ya en casa, dudo entre ir a un concierto de música persa en un centro cultural o quedarme, ya que no me encuentro muy bien. Finalmente me quedo, escuchando la radio y buscando las tonterías más grandes (sí, yo también lo hago) por internet. Ayer ya salí, Filmoteca, documental de Frederik Gertten, Bananas!*. Un par de conversaciones por whatsapp. Mañana, darle clases a una de mis sobrinas para preparar el examen de inglés. Mañana, más.