A veces hemos de elegir entre dos opciones, en muy poco tiempo, y con pocos elementos que nos puedan asegurar cuál es la opción que mejor nos va a ir. Al elegir una, dejamos pasar las oportunidades que la otra opción nos hubiera reportado, en lo que se llama 'el coste de oportunidad'. Así que como nadie me podía asegurar que mi primera opción en la lista me iría bien, ahora que ya no la tengo y que tampoco puedo recuperar la segunda, me veo de nuevo buscando trabajo. Y como la fábula de Esopo, me digo 'Ese trabajo no era para mí...'. Sí, aunque era un trabajo!
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