Qué hacer un domingo

Esta mañana me he despertado sobre las 9 y enseguida he tenido que salir de casa, para trabajar – un trabajo a tiempo parcial que tengo ahora. Mientras bajaba por Rambla Catalunya, me iba fijando en el tipo de gente que me encontraba a esas- para ser domingo- tempranas horas: turistas, más turistas y algún madrugador (ningún joven) con intención de aprovechar el día. Al volver he parado en una terraza de la misma calle, ya que sentía que era demasiado pronto para volver a casa o llegarme hasta la plaça de la Vila, en Gràcia, donde más tarde, sobre las 12, ha habido una actuación castellera. Así que he pedido un café –con leche de soja, pues ya no tomo de vaca- y al encontrarme una revista de cotilleo, me he dicho ‘haz algo diferente a leer prensa seria!’ Y sí, he sido cotilla por momentos y he estado riéndome con las ocurrencias de los redactores.  Más tarde, he ido a ver la actuación castellera con las collas de Barcelona y otros.  Aunque los he visto miles de veces, me he quedado para ver la expectación que levanta entre los guiris y para enviarle fotos a una amiga china, que nunca los ha visto y que, creo, estaba durmiendo la mona y por eso no ha podido venir.

Después de comer he ido a dar clases a mi alumno, siendo que mañana tiene control de matemáticas. Al salir, como mi intercambio de inglés ha tenido que cancelar la cita y no me apetecía llegarme hasta la filmo, ni tampoco pasar el resto de la tarde en casa, he venido hasta uno de mis sitios favoritos, el ‘Buenas Migas’ de Jardinets. Los cafés estan bien, siempre está lleno, pero sin agobiar, la música es agradable y puedo estar un buen rato escribiendo o leyendo, que nadie viene a ‘echarte’. Ah, y si encuentro ‘mi sitio’ al lado de la ventana o en la terraza, ya es ideal.