Los que me conocéis, y también lo he escrito
alguna vez por aquí, ya sabeis que no podría estar sin tener una radio cerca. Puedo
sin la ‘caja tonta’, no sin mi radio y por eso tengo una en cada habitación de
la casa. Mi última adquisición, porque la anterior se cayó al suelo y se rompió,
fue una Sony, de esas de yayo de toda la vida, que compré en una tienda de
segunda mano por 10€, practicamente nueva, cuando su precio en el mercado es de
40€.
Cuando veo esas películas en las que la família
se sentaba alrededor de la radio como único medio de distracción, y también
como manera de enterarse de acontecimientos como el inicio de la IIª Guerra Mundial, me convence
aún más, por más que digan, de que la radio tiene todavía mucha vida.
Así que, aprovenchando que hoy es el Día
mundial de la radio, un pequeño, gran, homenaje al verdadero inventor de la
radio Nikola Tesla, y no Marconi como muchos aprendimos en el colegio.
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