martes, 24 de agosto de 2010

Con la presión por los suelos

Desde hace unos días que ha vuelto el calor fuerte por estas latitudes. Hace tanto calor, que el pasado domingo, después de ir a la playa, me encontré mal, muy mareada. Me estiré, en un banco, un rato, bebiendo agua y comiendo una pera y se me pasó. Ayer, otra vez. Volviendo a casa con una amiga por Passeig de Gràcia, se me empezó a nublar la vista y pensaba que me caía al suelo.
Nos tuvimos que sentar a tomar algo porque no me aguantaba de pie. Mientras me abanicaba con su abanico, comprado en un viaje que hizo en la China, nos reíamos porque parecía una abueleta de esas tan entrañables, pasando el calor en la plaza del pueblo.
Y ahora, pues aquí estoy, en la cama, sin ganas de hacer nada y otra vez, con la presión por el suelo. Ya esta mañana no me encontraba bien y he hecho un esfuerzo titánico por ir al trabajo. Cuando he salido, creía que no podía más y he tenido que ir a la farmacia porque ya no era normal y el resultado ha estado de 9-5. Ahora toca continuar bebiendo mucho agua y alimentos salados. Mañana, seguramente, estaré mejor.

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