Edificio histórico UB. Creación propia |
Durante las últimas semanas se puede decir que he estado, y sigo, viviendo en la Biblioteca. Así, con mayúsculas. Porque cuando se encuentra una biblioteca en la que se puede leer, escribir, trabajar, estudiar, con un silencio sepulcral, se va, aunque quede a media hora larga, caminando, de casa. Es así. Estoy rodeada de bibliotecas de la Diputación y donde encuentro más silencio y donde me encuentro más a gusto, es en las bibliotecas universitarias. Y si tuviera que afinar aún más, diría que de las mejores, las de Filología y Matemáticas, en el edificio histórico de la UB (de una fotogenia sin fin). Del edificio de las Aigües de la Pompeu, creo que ya hablé un día. No sólo hay que llegar una hora antes en época de exámenes para tener sitio, es que su silencio y su inquietante quietud, hace que sea una de las que más recomiendo cuando me preguntan, dónde ir, ya sean investigadores , universitarios, opositores ...
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