Es como un reloj suizo. La precisión del mecanismo. La minuciosidad. El amor por el detalle. Las horas de dedicación. La paciencia para intentar encajar las pieza, una y otra vez. El saber dominar los entresijos más rebuscados. La satisfacción del trabajo bien hecho Y sobretodo, un resultado a ojos de los demás, de una gran belleza, elegancia y simplicidad. Aparente simplicidad.
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