Lo que es sorprendente es que todo me sorprende. Que tenga esta capacidad para que cada día sea diferente.
Cada instante, cada hora, cada salida y puesta de sol...
Sentada en el balcón, con la calidez de la mesita de madera, notando la brisa del mar que veo lejano, saboreando los recuerdos que me trae el sabor del café que me despierta de los sueños de la realidad...
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