martes, 4 de enero de 2011

Una sonrisa ilumina más que una bombilla

Hay un dicho escocés que dice "Una sonrisa no cuesta nada e ilumina más que una bombilla". Quizá, teniendo en cuenta que los escoceses tienen esa fama, que yo no comparto, de 'agarrados', se entiende mejor la frase. No obstante, no puedo estar más de acuerdo. Una sonrisa es lo mejor que podemos ofrecer al encontrarnos con alguien y lo mejor que nos pueden ofrecer. Mucho se ha escrito sobre el poder que puede llegar a tener una sonrisa, para desmontar al enemigo, para apaciguar los ánimos, para conquistar, como señal de complicidad con alguien... No obstante, las personas que sonrien a menudo, son vistas como más agradables y cálidas. Pero ojo! ha de ser una sonrisa auténtica. Y como saber si es auténtica? Pues dicen los expertos en lenguaje no verbal, que les así cuando  se activa el músculo cigomático, se enseñan los dientes y va acompañada de un ligero entornamiento de los ojos, esa expresión como si los ojos  también 'sonrieran'. Hacer la prueba.
Pues bien, ayer por la tarde yendo por Gran de Gràcia, ví la cola interminable que se forma cada año en el cruce con Travessera, donde hay una carpa, para que pequeños y mayores, den la carta al rey mago (o a su ayudante, para no confundir más a los niños). Cada año tienen al mismo señor que 'hace de rey Melchor'. Y  como cada año, algún niño se asusta ante su presencia (que más bien diria ausencia, pues no parece muy contento del papel que le ha tocado). El año pasado, mi sobrino, con toda la ilusión que puede tener un niño de 4 años, llevó su carta y unas galletas al rey. Cuando le tocó el turno, después de haber aguantado estoicamente la cola con una fina lluvia, le ofreció las galletas . Y cual fue su desilusión, con llanto incluido, cuando vió que éste no sólo no las quería, si no que ni una sonrisa le soltó al pobre...Desde aquí me gustaría dar un consejillo y que nadie se me moleste. Que cuando hagan la 'selección' del personal para hacer de Rey Mago o Papa Moel, se aseguren de que la persona sepa, no sólo aguantar sentado horas y horas , a niños llorando, e incluso, pesados. Que también sepan sonreir. Es con lo que, seguramente, se quedaran los niños cuando se vaya a dormir...

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