Chateau Eza, Monaco, Cote d'Azur |
Desde que trabajo, que no tengo tiempo de casi nada. Llego a casa, según el día salgo a hacer running, me preparo la comida para el día siguiente y poco más, ya que como tengo una hora de viaje y me levanto temprano, enseguida se me hace la hora de ir a dormir. Y como no tengo tiempo de ir a ningún evento de los que tanto me gustan, ahora siento la necesidad de pasear un poco por la ciudad y es por eso que me bajo en la parada de Paseo de Gracia y subo andando. Aprovecho que todavía hay mucha luz, el paseo es muy agradable y disfruto más que nunca de la arquitectura y las cosas bonitas que voy viendo. De hecho, el viaje que hago desde el trabajo hasta Barcelona tiene un paisaje tan feo, que necesito una cura de ver cosas bonitas.
Este verano me toca quedarme a trabajar y en agosto haré horario intensivo, o sea que a partir de las 4, tendré toda la tarde para mí sola, en una ciudad vacía y a la vez llena de guiris ávidos de 'consumir' las obras de Gaudí, paella y sangría aguada en las Ramblas, con la piel pidiendo a gritos que se pongan crema solar y haciendo crecer esa fama de no sé qué tiene Barcelona.
Yo, seguiré entre cerrando los ojos y me fijaré en todo lo que es agradable a la vista, que me da paz. O al menos, me calma el ánimo.
Este verano me toca quedarme a trabajar y en agosto haré horario intensivo, o sea que a partir de las 4, tendré toda la tarde para mí sola, en una ciudad vacía y a la vez llena de guiris ávidos de 'consumir' las obras de Gaudí, paella y sangría aguada en las Ramblas, con la piel pidiendo a gritos que se pongan crema solar y haciendo crecer esa fama de no sé qué tiene Barcelona.
Yo, seguiré entre cerrando los ojos y me fijaré en todo lo que es agradable a la vista, que me da paz. O al menos, me calma el ánimo.
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