Esto es lo que ella le decía, en una discusión de pareja, que presencié ayer delante de mi casa. Al final, se fue, dejándole solo y abatido, enmedio de la calle. Cuantas veces no nos ha pasado que nos hemos llenado la boca de palabras y no hemos hecho nada de lo que decimos. O hacemos todo lo contrario de lo que decimos, dejando a los otros, y a nosotros mismos, desconcertados. Y es que si de relaciones se trata, muchas veces es más importante lo que hacemos y lo que vemos hacer
( esto lo aprendemos desde pequeños) que no, las palabras. Así y todo, desde aquí, reivindico el enorme poder de la palabra. Y que sí, que de vez en cuando, a quien no le gusta sentir o leer cosas bonitas? Aquellas que resuenan dentro nuestro y que nos hacen sentir mejor. Aunque, por desgracia, muchas veces, también pueden ser motivo de conflictos y malentendidos. Y como muchas otras cosas, las palabras dicen mucho de cómo somos, de cómo pensamos y de cómo es nuestro mundo.
( esto lo aprendemos desde pequeños) que no, las palabras. Así y todo, desde aquí, reivindico el enorme poder de la palabra. Y que sí, que de vez en cuando, a quien no le gusta sentir o leer cosas bonitas? Aquellas que resuenan dentro nuestro y que nos hacen sentir mejor. Aunque, por desgracia, muchas veces, también pueden ser motivo de conflictos y malentendidos. Y como muchas otras cosas, las palabras dicen mucho de cómo somos, de cómo pensamos y de cómo es nuestro mundo.
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