La imagen de este hombre descansando en el Palacio Ducal, en Venecia, me cautivó por su gran belleza. La serenidad que me transmitió, así sentado, enmedio del caos de las calles estrechas, los puestos de souvenirs, las gentes de todo el mundo, los grupos perdidos, las mil y una fotos...me impulsó a hacerle ésta, medio escondida, como si fuese a perturbar ese momento de tranquilidad, que buscó para ubicarse. Ese rincón, ese descanso y paciencia, esa soledad buscada para encontrarse. Seguramente, encontré en él la imagen de algo necesario, muchas veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario!