miércoles, 7 de marzo de 2012

5 de 3

3 veces con su hermana y 2 veces conmigo. Este ha sido el resultado final 'de estar enfadada con', de mi sobrina. Como si se tratara de un resultado de cuentas o la acumulación de bienes, nos iba diciendo cuantas veces se había enfadado con nosotras, por los motivos más egocentristas que os podéis imaginar, típicos de una niña de 3 años. No hace falta decir que ni por el hecho de ser la pequeña, ni por el hecho de que sea tan espabilada y nos sorprenda con su manera de expresarse, le dejamos pasar ninguna, ya que esto sería consentirla. Es tan divertida, que incluso nos iba enseñando con los dedos de su mano, con un actitud muy seria y segura de sí misma, primero tres de los respectivos enfados con su hermana 'y ahora dos dedos más' de los que se había enfadado conmigo. Como si el hecho de poder cuantificar las veces que estaba enfadada, lo hiciera más creible, con más razones. Yo le decía, a pesar de que se pasa el día contando, que esto ya hacía cinco (como si pudiera predecir los goles que más tarde marcaría Messi), cinco veces enfadada y que tendría trabajo, para que se le pasara. Y no contenta con esto, también sabía la duración exacta de cada vez que se había ofendido, que si 8, 6, 4 horas...y todo esto desde las 6 de la tarde que es cuando he llegado! Sobra decir que siempre se le pasa al cabo de poco y acabamos despidiéndonos, dándonos mil besos y abrazos.
 Pero lo más interesante de todo esto, es esta consciencia de su propio estado de enfado, de como lo sabe identificar y verbalizar - de esta manera tan divertida, todo sea dicho- como si lo más importante fuera la cantidad y la duración, más que el motivo en sí.

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