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Patio CCCB (Creación propia) |
Empiezo este nuevo mes de junio, hablando de un tema que quizá sea recurrente a partir de ahora. De hecho, creo que en alguna ocasión ya he escrito sobre la necesidad que tengo de buscar respuestas en la Filosofía. Es una necesidad que me ha acompañado toda la vida, aunque, a medida que han pasado los años, se ha hecho más fuerte. No
dejaré aquí, que ya lo he hecho suficiente, las preocupaciones
constantes y recurrentes, que me acompañan y no me dejan disfrutar como
quisiera. Cuando el pasado es una losa y el futuro es lleno de incertidumbre, el único momento es el presente. Aunque
hace unos años que estoy trabajando en estos temas, hay épocas en los que
me cuesta más mantener la idea de 'vivir el presente' (el único momento
real). Así
que, manteniéndome en la línea de buscar respuestas fuera que me sirvan
para madurar las propias y a falta de una figura que me pueda acompañar en
la vida, encontré este seminario de 'Filosofía para curar el alma' que
ha dado el CCCB, el filósofo Josep Maria Esquirol. Os diré que, como muchas cosas en la vida, no ha llegado por casualidad. LLega en el momento adecuado. Es
precisamente lo que buscaba desde hacía tiempo, desde que descubrí que
la raíz de mis contantes preocupaciones, estaba precisamente en 'esto '. Y 'esto' quizá me lleva toda la vida, el resto de mi vida, curarlo. Y
cogiendo las ideas, con las que no puedo estar más de acuerdo (hasta el
punto que parecía que pensaba/hablaba yo) en la forma simple y en el
fondo de una profundidad, de aquella que toca el alma, para
que ésta se llame a sí misma: Todos tenemos necesidad de contacto, es
el contacto lo que nos cura y nadie se aguanta de pie solo. Las personas compartimos la soledad, unos dependemos de la otras y la comunidad hace de puntal para aguantarse. Es la escucha auténtica, la que es terapéutica (muchas veces más que aplicar una u otra teoría). La palabra puede tener un efecto curativo. La Filosofía existe porque hay intemperie, estamos descubiertos y a la intemperie nos sentimos desvalidos. Hay esta necesidad de amparo, de sentirse cobijado. La conversión, entendida como mirada hacia otro lado, es lo que cura y se necesita concentración y atención. No nos salvan las corazas, nos salvan los demás, la compañía. La Medicina y la Filosofía, son maneras de curar y curarnos. Lo que cura es lo que toca la vida misma.
Curar el alma con la Filosofía es el camino.