Salgo del cine Verdi después de ver 'Un dios salvaje' (Carnage) y me resguardo del frío en el bar de al lado, mientras espero a una persona con la que he quedado.Como si 'La Absenta' de Degas o 'Un bar aux Folies Bergère'de Manet se tratara, también en este bar hay ese juego de espejos, en los que verse reflejado. Me veo a mi misma, escribiendo, pasando de una a otra de las actitudes de esas dos mujeres o quizá de ambas a la vez. Me pongo a pensar en como a veces los demás nos hacen de espejo y nos hacen ver nuestras propias virtudes, defectos y miserias. Y sonrío al escuchar el comentario que hacen los dos chicos que tengo al lado, mientras dibujan, como si no pudiera llegar a entender lo que dicen sobre mi persona.
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