Esta semana se acaban las rebajas de verano, que empezaron “oficialmente” el 1 de julio, aunque muchas tiendas las empezaron antes. Otras, fueron pícaras poniendo “promociones” (rebajas encubiertas, creo yo). Estrategias aparte, lo que encuentro realmente grave es que en pleno verano, ya pongan a la venta la ropa de la temporada de otoño-invierno, mezclando bikinis y bufandas. Dicen que como este año no ha hecho tanto calor, se ha vendido poca ropa de verano. Perfecto. Y seguramente, también han pensado que cuanto antes nos pongan la de otoño delante, menos tardaremos en comprarla, en gastar en definitiva. En esta sociedad del consumo desmesurado, el consumismo que nos rodea, pretende equiparar la adquisición de bienes con la felicidad. Que alguien me lo explique. Cuando las necesidades básicas, las materiales , están cubiertas, creéis que más de todo, más cosas innecesarias y que nos llenan armarios, estanterías, cajones, que nos quitan el poder disfrutar de otras cosas menos tangibles, nos hacen más felices?. Cada vez queremos más, algo mejor, algo diferente, aquello nuevo, lo que está de moda, queremos más y más. Y desgraciadamente, nos quieren hacer creer que cuanto más tengamos, más felices seremos. Y nos es más feliz el que más tiene, si no el que menos necesita (para serlo).
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