domingo, 25 de julio de 2010
El Camino de Santiago: misión imposible?
lunes, 19 de julio de 2010
Please let me get what I want (The Smiths)
Hace días escuché por la radio esta canción de The Smiths, banda británica ya mítica, y me apetece colgar el video.
Bueno, mucho video tampoco es que haya, pero la canción es muy buena igualmente!
Bueno, mucho video tampoco es que haya, pero la canción es muy buena igualmente!
sábado, 17 de julio de 2010
Vasos comunicantes: emoción y razón
El resultado de todo eso- aunque pueda parecer que me ha venido de repente, fruto de la inspiración divina o de un momento de paranoia- se ha sido gestando durante un largo periodo de tiempo. De manera inconsciente, eso sí. Dejando que las palabras, las sensaciones, las emociones, hayan ido entretejiendo un mundo accesible y comprensible para lo que representa.
Un día de hace unas cuantas semanas me despierto y me viene esta imagen a la cabeza. La emoción y la razón se encuentran en estado de equilibrio. Un equilibrio perfecto, frágil, voluble, deseable. Ninguno de los dos se encuentra más arriba o más abajo que el otro. Ninguno de los dos? No, no es exactamente así. A lo largo del día,de los meses, del año.... durante toda mi vida, las emociones me embargan, me llenan, me ahogan incluso. Me llevan a las más profundas tristezas. A las más exaltadas alegrías. A los rincones inimaginables de mi imaginación. Y pasa el tiempo, no sé cuánto. Antes podían ser días enteros, dejando que alguna fisura dejara entrever que el líquido se escapaba. Y después, vuelve la calma, el equilibrio. La parte de razón, necesaria y complementaria. La parte de razón que me sosega los sentidos, se fusiona con la parte emocional. Y vuelvo al punto de equilibrio inicial. Hasta la próxima. Hasta que necesite la parte de razón que alimenta la emoción y la parte de emoción que alimenta la razón. Y así, en un perfecto equilibrio, voy creando un mundo emocionalmente comprensible para mí.
Un día de hace unas cuantas semanas me despierto y me viene esta imagen a la cabeza. La emoción y la razón se encuentran en estado de equilibrio. Un equilibrio perfecto, frágil, voluble, deseable. Ninguno de los dos se encuentra más arriba o más abajo que el otro. Ninguno de los dos? No, no es exactamente así. A lo largo del día,de los meses, del año.... durante toda mi vida, las emociones me embargan, me llenan, me ahogan incluso. Me llevan a las más profundas tristezas. A las más exaltadas alegrías. A los rincones inimaginables de mi imaginación. Y pasa el tiempo, no sé cuánto. Antes podían ser días enteros, dejando que alguna fisura dejara entrever que el líquido se escapaba. Y después, vuelve la calma, el equilibrio. La parte de razón, necesaria y complementaria. La parte de razón que me sosega los sentidos, se fusiona con la parte emocional. Y vuelvo al punto de equilibrio inicial. Hasta la próxima. Hasta que necesite la parte de razón que alimenta la emoción y la parte de emoción que alimenta la razón. Y así, en un perfecto equilibrio, voy creando un mundo emocionalmente comprensible para mí.
lunes, 12 de julio de 2010
Holanda 0-España 1 y la pasión española...
Por si alguno de vosotros no vió la entrevista de Sara Carbonero al portero Iker Casillas, después de la histórica victoria de España en el Mundial de Sudáfrica 2010,... os dejo el arrebato de pasión española que éste tuvo, dándole un inesperado beso a su pareja. Y es que como dijo Camacho, "Pase lo que pase, esto es histórico".
martes, 6 de julio de 2010
No hay nada por casualidad
Después de haber cogido los ferrocarriles, llego a casa. Me apetece cenar sentada en la silla blanca de hierro del balcón. Cada año, me digo que tengo que comprar una mesita a juego, o un juego completo de mesa y sillas y poner esta en otro sitio. No obstante, es una silla de jardín y este es su sitio. Esto me hace pensar, a menudo, dónde está mi sitio. Si, estoy, ahora mismo en el lugar adecuado, en el momento oportuno. Deduzco que, un poco sí. O al menos, que lo he estado en algún momento en los últimos meses. No lo sé bien bien.
Compruebo que el esmalte, hace juego con uno de los colores del vestido que llevo hoy y sonrío. Es increible como, las cosas más banales, pueden conjuntar de una manera, casi, por casualidad. Y de repente me doy cuenta de que, no hay casualidades. Que nada de lo que nos pasa, es por casualidad. Incluso, las reacciones de los otros son fruto de algo. Y sí, las preguntas más indiscretas, tampoco son por casualidad.
sábado, 3 de julio de 2010
Educar en la frustración

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