domingo, 15 de junio de 2008

La otra cara de Barcelona


Si el fin de semana pasado pasado estuve paseando por las calles más escondidas de Barcelona, ayer quedé con una amiga por el Born y fuimos nosotras las sorprendidas por lo que encontramos. Primero, quisimos ir a un pub escocés que habia en la calle Vigatans, y...oh sorpresa!. Lo han reconvertido en un pub irlandés más ( y vulgar), sin la calidez y la autenticidad que tenía el otro.
Dejándonos llevar por el laberinto de calles, fuimos a parar a Santa Maria del Mar dónde nos encontramos la Colla Castellera de Barcelona y la de Cornellà. Nos explicaron que mañana, hoy, celebraban su 39 aniversario en la plaza Sant Jaume. Siempre me ha gustado esto de "fer pinya"... es tan gráfico!.
Como buenos católicos y siguiendo las tradiciones, un par de parejas se habian casado en Santa Maria y empezaban esta nueva vida, con el tradicional reportaje de fotos. Una buena manera de poner a prueba la paciencia de uno mismo y de la pareja, sobretodo cuando te sientes observado por tanto guiri (y autóctono). Aunque, las fotos que se hacian, eran más originales (encima de una bici, etc) y se salian de las típicas cursiladas de parques y jardines...
Hicimos un café, en uno de los rincones más tranquilos que hay en "la Barcelona turística" la plaza del Rei, en el bar "Antiquari" dónde el camarero no paraba de lanzarnos piropos...Se agradece un servicio así, en un sector dónde la mayoria está tan quemado.
Y para acabar las sorpresas que te puede deparar esta ciudad un día cualquiera, al pasar por la plaza Sant Jaume, nos encontramos un ambiente enrarecido... Todo lleno de mossos, antidisturbios y de coches "oficiales" (hasta aquí nada anormal, teniendo en cuenta dónde estábamos), pero en un rincón, escondidos y custodiados por los antidisturbios, un pequeño grupo de gente con una pancarta y un megáfono (un poco queco, todo sea dicho), de vez en cuando, gritaban consignas que no lograba entender. Como de pequeña quería ser periodista, me acerqué a este grupo y me quedé observando un rato (y los antidisturbios a mi...) hasta que entendí qué pasaba. Era un grupo de mexicanos que protestaba por la situación de "torturas que todavía se hacen en el país" (sic), aprovechando que había venido su presidente, Felipe Calderón, de visita. Hablando con unos chicos de México, que me explicaron que estudiaban en Francia y que conocerían - de vista- aquí a su presidente, me quedé para verlo cruzar el pasillo, desde el Ajuntament hasta la Generalitat. Fue en el momento en que salió acompañado de Hereu, seguido de su séquito, más propio de otras épocas, que tres chicas catalanes, en solidaridad con los de la pancarta, empezaron a gritar "En México se tortura, que es pura maravilla" (o algo así), mientras pasaban con cara de póquer. Pero, ay!, estuvo a punto de liarse una buena cuando una del séquito, escupió a una de las chicas...y se quedó tan contenta!. La chica, le recriminó su acto, mientras despotricaba de los mexicanos (los chicos de Francia, le dijeron que no todos los mexicanos eran así). Y mientras la autora de ese acto tan ruin seguía hacia la Generalitat y se giraba riendo, la chica, indignadísima, decía que si hubiese sido al revés, ella ya estaría en la cárcel...
Por un día, lamenté no llevar la cámara encima. La otra cara de la Barcelona guiri, bien lo vale....

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