Estos pasados Reyes tuve que hacer de Paje Real de mi familia, como cada año desde hace mucho, ya que los Reyes Magos estan muuuuuy ocupados y siempre me piden que les eche una mano. Una de las tiendas a las que voy es Abacus, ya que la su filosofía y precios me convencen. Siempre que tengo que hacer regalos a los sobrinos, les compro libros o juegos didácticos. Nunca me vereis con “xuminadas” de todo a cien, pues prefiero gastarme dinero en un buen juego o libro, que en muchos que acaban en un cajón abandonados. También miro mucho qué comprar según, las edades, las habilidades que desarrolla con el juego, el tipo de libros, etc. En broma les digo que soy la “tia aburrida” pero sus padres me lo agradecen.
Así que una mañana de enero fuí a buscar los últimos juguetes que me faltaban. Mientras estaba haciendo cola, ví a una periodista de una radio, que estaba preguntando a los padres y madres de la cola, si les podía entrevistar. Me fijé que primero hacía una selección según los juguetes que llevaban en la cesta. A una madre le dijo que le iba muy bien, pero ésta se negó a hablar. La periodista seguía buscando a alguien a quien entrevistar y de repente, me encuentro su micrófono casi amorrado a mi y sin pedirme permiso, me preguntó por qué había comprado aquel juego. No tuve tiempo de decirle “Sí, hola, buenos dias...”. Ella directa. Considerando que por la radio no te ve nadie, ja que si fuera la tele me hubiese negado, no me importó demasiado. Y qué era lo que buscaba la periodista?. Alguien que hubiese comprado un juego didáctico. Respondiendo a su pregunta le dije que la compra era una decisión personal, ya que mi sobrina estaba trabajando la lecto-escritura en la escuela, y consideré que este juego le iría bien. Que el día de Navidad jugamos a la versión de adultos y como ví que le gustaba, había decidido regalárselo. Ella insistía en que le explicase alguna cosa más y le dije que cuando era pequeña habia jugado mucho y que consideraba que era un buen juego para aprender palabras nuevas y que era divertido. El corte no lo pude escuchar, así que no sé bien si lo pasaron o no.
Así que una mañana de enero fuí a buscar los últimos juguetes que me faltaban. Mientras estaba haciendo cola, ví a una periodista de una radio, que estaba preguntando a los padres y madres de la cola, si les podía entrevistar. Me fijé que primero hacía una selección según los juguetes que llevaban en la cesta. A una madre le dijo que le iba muy bien, pero ésta se negó a hablar. La periodista seguía buscando a alguien a quien entrevistar y de repente, me encuentro su micrófono casi amorrado a mi y sin pedirme permiso, me preguntó por qué había comprado aquel juego. No tuve tiempo de decirle “Sí, hola, buenos dias...”. Ella directa. Considerando que por la radio no te ve nadie, ja que si fuera la tele me hubiese negado, no me importó demasiado. Y qué era lo que buscaba la periodista?. Alguien que hubiese comprado un juego didáctico. Respondiendo a su pregunta le dije que la compra era una decisión personal, ya que mi sobrina estaba trabajando la lecto-escritura en la escuela, y consideré que este juego le iría bien. Que el día de Navidad jugamos a la versión de adultos y como ví que le gustaba, había decidido regalárselo. Ella insistía en que le explicase alguna cosa más y le dije que cuando era pequeña habia jugado mucho y que consideraba que era un buen juego para aprender palabras nuevas y que era divertido. El corte no lo pude escuchar, así que no sé bien si lo pasaron o no.
Y casualidades de la vida, el otro día encontré esta entrevista del Campión Mundial de Scrabble, que mira por dónde, es el juego que compré para mi sobrina.
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